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LAS ESPECIES Y PRINCIPALES FAMILIAS DE PLANTAS NUTRICIAS DE LAS MARIPOSAS DIURNAS


LAS PLANTAS Y LAS MARIPOSAS. UNAS LÍNEAS SOBRE SU RELACIÓN ALIMENTICIA.

Si se quiere conocer a fondo la biología de los lepidópteros, tan importante es saber que necesitan de las plantas, cómo que plantas concretas sirven de alimento a las mismas. Por ello en este capítulo se va a intentar explicar las necesidades alimenticias de los lepidópteros y las aportaciones de las distintas familias de plantas de las que se nutren; y en el próximo capítulo se expondrá el listado de plantas nutricias organizadas por familias, indicando además todas las especies de lepidópteros diurnos que se nutren de cada planta citada.

 

El PROCESO DE NUTRICIÓN DE LOS LEPIDÓPTEROS

Para que la mariposa pueda crecer y desarrollarse, necesita tomar los nutrientes esenciales. Estos nutrientes según su origen son de dos tipos: orgánicos e inorgánicos.

Los nutrientes esenciales inorgánicos que necesitan los lepidópteros son las sales minerales, el agua y el nitrógeno. La cantidad de agua y de nitrógeno ingerida por un lepidóptero, es determinante a la hora de poder metabolizar con mayor o menor eficacia un determinado tejido vegetal. El agua es imprescindible para la vida, tanto para los seres vegetales como para los animales.

Algunos licénidos como Pseudophilotes baton, durante su fase larvaria consumen las flores del Tomillo Thymus vulgaris, planta perteneciente a la familia de las labiadas, las cuales además de acumular glucosa almacenan agua. Las sales minerales necesarias para el metabolismo de las mariposas, pueden ser obtenidas de distintos modos. Las orugas de algunos licénidos se alimentan de los capullos florales y de las flores de rosáceas. Por ejemplo el licénido Maculinea nausithous, durante sus fases larvarias se nutre de los capullos florales y flores de la Pimpinela mayor Sanguisorba officinalis. De este modo además de ingerir proteínas y esencias, obtienen las sales minerales que precisan. Los adultos de la mayoría de los licénidos y hespéridos, así como otras muchas especies de ropalóceros, satisfacen sus requerimientos de sales minerales bebiendo o tomando estas de pequeños charcos de agua donde se hallan disueltas; y los imagos de algunas especies de ninfálidos y licénidos, sobre todo en las zonas de montaña, toman las sales de los excrementos de los animales, especialmente de carnívoros.

En cualquier caso la mayoría de las plantas herbáceas tienen un elevado contenido de agua que varía entre el 80% y 90 %. En cambio las hojas de los árboles, presentan unas proporciones de agua menores, las cuales varían entre el 45% y el 75%. Cuanto mayor es la humedad de las hojas, más alto también es su contenido en nitrógeno. Así las hojas de las plantas herbáceas, que poseen una mayor cantidad de agua, poseen aproximadamente de un 1,6% a un 6% de nitrógeno del peso en seco. Las hojas de los árboles, apenas concentran una cantidad próxima al 3% de nitrógeno del peso en seco (Ylla i Ullastre, J. 1997).

Los nutrientes esenciales orgánicos son principalmente las proteínas, los azúcares, las grasas y los ácidos nucleicos.

-Las proteínas, albuminoides y otros tipos de sustancias proteicas, juegan un papel muy importante, principalmente debido a que favorecen el crecimiento rápido. Las orugas metabolizan las proteínas de las plantas de las que se alimentan, transformándolas en sus propias proteínas.

Entre las plantas más ricas en proteínas destacan las leguminosas; frente a las gramíneas que son las más pobres. Numerosas especies de mariposas de pequeño tamaño, pero con un rápido vuelo y con un elevado gasto energético, como los licénidos y algunos hespéridos, se nutren de leguminosas. Todas estas especies de lepidópteros presentan un desarrollo rápido. Sin embargo los satirinos, debido a que consumen gramíneas, plantas pobres en proteínas, se ven obligados a consumir una gran cantidad de alimento, para contrarrestar la pobreza en nutrientes del mismo.

-Los azúcares son también fundamentales, puesto que se transforman en energía rápidamente. La glucosa es la fuente básica de energía de aprovechamiento rápido.

El almidón que fabrican muchas plantas, es una sustancia de reserva que puede ser transformado en glucosa y azúcares en un plazo relativamente corto. Los hidratos de carbono presentes en multitud de plantas, así como los glucósidos y otras sustancias glucídicas, al ser metabolizadas también producen azúcares que se pueden transformar en energía.

Un caso interesante, es el del lepidóptero Parnassius apollo. Esta mariposa vive entre los 1200 y 2000 m de altitud, en unas condiciones extremas de insolación, así como de bruscos e importantes cambios térmicos, especialmente entre el día y la noche. Contrariamente a lo que parecería normal, los imagos de esta mariposa presentan un gran tamaño y un vuelo poderoso. Esto se debe en buena parte, a su alimentación durante la fase larvaria, pues sus orugas se nutren de crasuláceas, plantas que contienen glúcidos muy energéticos.

-Las grasas (saponinas, aceites esenciales y otras) constituyen otro tipo de sustancia de reserva para los vegetales. Cuando las orugas de las mariposas se alimentan de estas grasas, almacenan mucha energía en su organismo, pero su utilización es a largo plazo. De este modo, las mariposas transforman las grasas en la energía que necesita su metabolismo durante la diapausa y durante la fase de crisálida, e incluso en su último estadío como imago.

Las especies con hábitos migratorios como Vanessa atalanta y Vanessa cardui realizan un enorme gasto energético a diario. Para cubrir estas necesidades deben consumir la energía que obtienen al libar el néctar de numerosas flores; pero además necesitan tener una reserva de energía adicional para llevar a cabo su viaje migratorio; energía que obtienen a partir de las grasas almacenadas en su fase de oruga. Principalmente las hembras de Nymphalis antiopa e Inachis io hibernan como adultos. Esto significa que pueden llegar a permanecer desde septiembre hasta marzo, es decir unos siete meses, sin ingerir alimento alguno. Para estas mariposas es imprescindible haber consumido y almacenado gran cantidad de grasas en su cuerpo. Estas grasas las van a permitir mantenerse con vida durante la prolongada etapa de ayuno invernal, hasta la llegada de la primavera.

-Los ácidos nucleicos son también fundamentales en la nutrición de las mariposas. Estos ácidos son ingeridos por las orugas al consumir cualquier parte de un vegetal, pues los ácidos nucleicos están presentes en todas las células de las plantas.

Son pocos los casos en los que hay una dependencia clara y exclusiva, entre una única

especie de lepidóptero y una sola planta nutricia. Pero si hay un tipo de relación de dependencia exclusiva y clara, es entre las plantas que presentan alcaloides fuertemente tóxicos y las mariposas que se nutren de ellas. En estas situaciones ha habido una evolución paralela. Un ejemplo claro es el de la mariposa Zerynthia rumina y la planta conocida como Aristoloquia Aristolochia pistolochia . En este caso, la oruga al nutrirse de esta planta está almacenando en su cuerpo los alcaloides que produce la Aristoloquia. Los alcaloides son sustancias habitualmente venenosas para la mayoría de los seres vivos, especialmente para los animales. La oruga de Z. rumina se protegerá presentando un patrón de coloración aposemática, advirtiendo a sus posibles enemigos de su toxicidad. Posteriormente este veneno pasa al adulto, el cual también muestra una llamativa coloración aposemática combinando tonos negros, rojos y amarillos. De este modo el veneno creado por las plantas, no sólo no hace daño a estas mariposas, sino que además pasa a formar parte de su organismo resultando ser una potente arma defensiva frente al ataque de posibles depredadores.

Podemos afirmar que en la mayoría de las especies de lepidópteros, la relación con las plantas nutricias es puramente alimenticia; incluso numerosas especies de mariposas diurnas pueden cambiar de alimento sin mayor problema, siempre que las nuevas plantas nutricias cubran las exigencias mínimas necesarias para mantener su metabolismo.

Por eso no es difícil que los individuos de una misma especie de mariposa, en zonas diferentes se alimenten de plantas pertenecientes a especies distintas, aunque por lo general próximas entre si (pertenecientes a la misma familia, e incluso a un mismo género). De hecho, numerosas especies de satirinos, en libertad consumen una especie concreta de gramínea, mientras que nuestra propia experiencia nos muestra como en cautividad las orugas de la mayoría de las especies aceptan alimentarse con otras gramíneas diferentes a las que habitualmente comen en libertad.

Muchas especies de licénidos se alimentan exclusivamente de leguminosas, plantas muy ricas en proteínas, las cuales además de aportar mucha energía favorecen un desarrollo rápido. Por estos motivos es difícil encontrar ropalóceros que se nutran de leguminosas y que puedan cambiar su dieta. Pero los hay. La especie Aricia cramera puede nutrirse de leguminosas, pero también puede hacerlo con geraniáceas y compuestas. El único problema es que para adquirir los mismos nutrientes esenciales y completar su desarrollo, en el caso de las compuestas y de las geraniáceas, debe de ingerir una cantidad de alimento mucho mayor que cuando se nutre de leguminosas. Esto es lo que se conoce como “estrategia compensatoria”.

Más interesante es el caso de numerosos ninfálidos cosmopolitas. Estas especies deben buena parte del éxito de su expansión a su dieta increíblemente polífaga. Es decir, son capaces de alimentarse de numerosas plantas distintas, e incluso de muchas plantas pertenecientes a familias diferentes. V. cardui es capaz de alimentarse en sus fases larvarias de plantas de diferentes familias: compuestas, malváceas y urticáceas. Aún más llamativa es la dieta de Polygonia c-album, pues sus orugas pueden devorar cannabáceas, coriláceas, salicáceas, ulmáceas y urticáceas.

 

7.2 LAS FAMILIAS DE PLANTAS NUTRICIAS DE LAS MARIPOSAS DIURNAS

La mejor manera de comprender la íntima relación entre las mariposas y sus plantas nutricias, es conocer los componentes bioquímicos que aportan las plantas a la dieta de estos insectos. La mayor parte de la información sobre la composición de las plantas ha sido obtenida a partir del Dioscórides de Pío Font Quer.

 

MONOCOTILEDÓNEAS

Ciperáceas

Aunque algunas ciperáceas almacenan numerosos nutrientes en sus rizomas; las hojas, tallos y flores de las que se alimentan las larvas de las mariposas, tan sólo almacenan agua, grasas y algunas esencias; así que no parecen ser de gran importancia para la alimentación de las larvas de los lepidópteros, salvo para Thymelicus lineola que se nutre de Carex acutiformis y Brintesia circe cuyas larvas han sido localizadas principalmente sobre gramíneas, pero también sobre plantas del género Carex.

Gramíneas

Las principales substancias producidas por las gramíneas son las féculas albuminoides y grasas que se acumulan en sus semillas, mientras sus tallos y hojas almacenan substancias azucaradas, sin que apenas haya presencia de otros compuestos químicos o principios activos.

La familia de las gramíneas destaca de entre todas las demás, pues de al menos 37 plantas de esta familia se nutren las 43 especies de satirinos de nuestra región. Además también se alimentan de ellas 7 especies de hespéridos. Así que se puede afirmar que las gramíneas alimentan a 50 especies de mariposas diurnas castellano leonesas, o lo que es lo mismo, al 27% de estas. Este dato indica la importancia de estas plantas de cara a la supervivencia de las mariposas y especialmente de los satirinos; si bien las gramíneas sirven de alimento a otros muchos insectos, destacando los coleópteros cerambícidos del género Dorcadion, así como los himenópteros sínfitos de las familias Cephidae y Tenthredinidae (géneros Dolerus, Selandria, Tenthredopsis y algunos otros); cuya dieta larvaria depende de estas plantas en la mayoría de las especies.

Con frecuencia las orugas de las mariposas se alimentan de las hojas y tallos de las gramíneas. Al poseer un bajo contenido en proteínas, esto alarga el proceso larval de los satirinos, los cuales necesitan alimentarse durante muchos meses para poder completar su metamorfosis. De las muchas especies que se nutren de plantas de esta familia, tan sólo unas pocas devoran las semillas, que son las partes de la gramínea donde se acumulan grandes cantidades de energía. Entre las especies de mariposas que viven en las zonas de alta montaña, más concretamente en las del género Erebia, la escasez de nutrientes esenciales de las gramíneas influye de manera importante en la reducción del el crecimiento de estas mariposas, siendo los imagos de numerosas especies de tamaños más bien medios o incluso pequeños, sobre todo si los comparamos con Parnassius apollo; si bien, el pequeño tamaño de numerosos satirinos como Erebia epiphron, E. cassioides, y E. gorge, es una respuesta adaptativa para poder sobrevivir en las cumbres y zonas más elevadas de nuestras montañas, donde las fuertes ráfagas de viento, las importantes oscilaciones térmicas entre el día y la noche, así como la intensa radiación ultravioleta, son un fuerte impedimento para la supervivencia de la mayoría de los lepidópteros. En otros casos como el de Erebia zapateri, su reducido tamaño es posible que tenga su origen en una adaptación a las duras condiciones de los ambientes xéricos donde viven.

 

DICOTILEDÓNEAS

Aristoloquiáceas

Estas plantas producen alcaloides derivados de la isoquinoleina y fenantreno. La mariposa Zerynthia rumina tiene una particular relación con la planta de la Aristoloquia; pues además de nutrirse de ella, también depende de la misma para su defensa. La oruga de Z. rumina al alimentarse de las hojas de esta planta, almacena sus toxinas y se aprovecha de ellas para hacerse venenosa y estar protegida frente a sus depredadores. Así tanto las orugas como los adultos de este lepidóptero, mediante coloraciones de advertencia o crípticas, comunicarán a otros animales que no son comestibles.

Cannabáceas

Estas plantas en sus inflorescencias contienen principios activos. En los pies femeninos se localizan aceites esenciales y taninos. Las semillas acumulan albuminoides, aunque no parece ni hay citas que indiquen que estas formen parte de la dieta de ninguna de las orugas que se nutren de estas plantas. Las plantas de esta familia pueden contener hasta un 50% de resina, así como principios amargos y principios tánicos que son difíciles de digerir, pero son fibrosos y antidiarreicos. Inachis io, Polygonia c-album y Vanessa atalanta pueden nutrirse del Lúpulo Humulus lupulus, única planta de esta familia consumida por lepidópteros ropalóceros.

Caprifoliáceas

Poco conocidas, producen glucósidos y al parecer algún alcaloide. Limenitis reducta y Limenitis camilla se alimentan de plantas de esta familia.

Compuestas

Familia químicamente variada, en la que destaca la escasez en la síntesis de glucósidos o alcaloides. Abundan en ellas diversos principios amargos. Muchas especies utilizan la inulina como sustancia de reserva que substituye al almidón, habitualmente utilizado por otras plantas. En algunas especies se fabrican esencias, mientras el grupo de las compuestas de flores liguladas presenta tubos secretores de látex, que suelen contar con substancias similares al caucho. Llama la atención que para ser una familia de plantas importante, por agrupar un elevado número de especies, apenas 12 especies de plantas de esta familia sirven de alimento a 9 especies de mariposas diurnas: 5 ninfálidos, 3 licénidos y 1 hespérido.

Crasuláceas

Como consecuencia directa de la adaptación de las plantas de la familia de las crasuláceas a los ambientes secos en los que con frecuencia viven, estas tienen un aspecto carnoso y en el interior de sus células son capaces de almacenar grandes cantidades de agua; agua de la que se aprovechan las mariposas y otros insectos que se nutren de ellas. La característica principal de este grupo parece estar en la presencia de ácido málico y muchos de sus derivados en forma de malatos. Además contienen glucósidos (posiblemente muy energéticos para las mariposas) y en algunos casos puntuales algún alcaloide. Algunos lepidópteros de montaña como las larvas de Parnassius apollo y Scolitantides orion se nutren de crasuláceas; recibiendo de estas plantas mucha energía, además de importantes reservas de agua.

Crucíferas

Estas plantas raras veces producen alcaloides, sin embargo suelen producir glucósidos sulfurados entre los cuales el más conocido o utilizado es la sinigrina presente en las mostazas y que da cierto sabor a otras especies vegetales como los berros o rábanos. En otros casos estos compuestos sulfurados confieren a la planta olor a ajo como en la Hierba de ajo Alliaria petiolata. Además de algunos aminoácidos, estas plantas son ricas en vitamina C (o ácido cítrico), que es rápidamente asimilado por los epitelios. Los glucósidos azufrados o del “aceite de mostaza”, propios de las crucíferas, liberan ixocianatos y tiocianatos que son tóxicos para casi todos los insectos, así como para los pájaros y otros depredadores, excepto para los lepidópteros de la familia de los piéridos que son los únicos que se nutren de crucíferas. El azufre orgánico que aparece en las crucíferas por un lado es algo tóxico, mientras por otro lado es un importante desinfectante para los animales que se nutren de estas plantas.

Las plantas de la familia de las crucíferas sirven de alimento al menos a 13 de las 20 especies de piéridos de nuestra región. No en vano, de los piéridos se pueden obtener las piretrinas, substancias utilizadas durante muchos años para fabricar el famoso insecticida conocido como DDT, cuya elaboración actual se realiza a partir de piretrinas obtenidas de manera artificial en laboratorios. Además el azufre de las crucíferas, es el origen de las tonalidades amarillentas de la mayoría de los piéridos.

Ericáceas

En esta familia destaca el Madroño Arbutus unedo. Si bien esta planta apenas sintetiza aceites y esencias; en cambio genera abundantes glucósidos como la arbutina (distribuida por toda la planta) y la metilarbutina; elabora principios amargos como la andromedotoxina y ursona; sintetiza materiales tánicos, colorantes diversos y ácidos orgánicos (málico, tartárico, butílico, acético y valeriánico); además produce enzimas como la arbutasa y pectinasa; y sus frutos producen azucares y proteínas. Sus hojas son astringentes, pues contienen un 36% de taninos. La presencia de todos estos componentes posiblemente representa un alimento rico y equilibrado, y por eso son plantas muy nutritivas.

En Castilla y León tan sólo consumen plantas de esta familia dos especies de ropalóceros Charaxes jasius y Callophrys avis, las cuales se alimentan exclusivamente de Madroño, (si bien estudios recientes demuestran que Ch. jasius en algunas provincias del sur de la Península Ibérica, pueden nutrirse de alguna otra planta ausente de nuestra área de estudio). La orugas del ninfálido Ch. jasius devoran sus hojas, las cuales son altamente nutritivas, proporcionando a las mariposas adultas un buen tamaño y unas alas capaces de desarrollar potentes y rápidos vuelos. Los adultos de esta mariposa que eclosionan a finales del verano, tienen una vida más dilatada que los individuos de la generación de primavera. Posiblemente la causa principal se deba a que succionan los jugos maduros procedentes de los frutos del Madroño, es decir a que disponen de una fuente de alimentación mucho más energética.

Escrofulariáceas

Las plantas de esta familia no producen esencias ni alcaloides en cantidades significativas, pero sí que fabrican diversos glucósidos de gran actividad, incluso algunos de ellos son tóxicos, como los del tipo de la digitalina presente en el género Digitalis. Todas estas substancias tóxicas, en general van acompañadas por saponinas. El Gordolobo o Verbasco Verbascum thapsus, alimento de Melitaea trivia, contiene saponinas, fitosteroles, algunas substancias amargas y mucílagos. No parece que fabriquen alcaloides, pero algunas de las saponinas que sintetizan son altamente hemolíticas y parecen estar en el origen de la toxicidad de estas plantas.

Fagáceas

Esta familia se caracteriza por la abundante presencia de materias tánicas en todos sus órganos. Carecen de alcaloides y sus semillas son ricas en féculas y grasas. Las plantas de esta familia, son consumidas exclusivamente por 3 licénidos: Thecla quercus, Satyrium ilicis y Satyrium esculi.

Gencianáceas

Se caracterizan por la presencia de distintas substancias amargas de tipo glucosídico, más o menos activas, además también fabrican algunos aceites y azúcares peculiares. No suelen tener esencias ni alcaloides. Maculinea alcon se nutre de la Genciana de Turbera Gentiana pneumonanthe.

Geraniáceas

Estas plantas carecen de glucósidos y alcaloides. Además algunas especies fabrican esencias que no aparecen en las flores como es lo habitual, sino en las hojas. También sintetizan substancias amargas, polifenoles y materias tánicas aunque estas últimas suelen acumularse en las raíces. Se alimentan de estas plantas varias especies de licénidos: Aricia cramera, A. eumedon, A. morronensis y Cacyreus marshalli. Las orugas de estos ropalóceros devoran las hojas, flores y frutos.

Labiadas

Es la familia en la que se reúnen la mayor parte de las plantas aromáticas. En estas la producción de esencias y la gran variedad de las mismas, es el carácter dominante, pues apenas fabrican ningún alcaloide o glucósido de interés. Poseen poca agua y poca glucosa, salvo en sus flores. Los aceites esenciales o esencias son ricos en energía.

Se nutren de labiadas algunos licénidos como Maculinea arion, Pseudophilotes baton, Pseudophilotes panoptes y Plebejus argus; así como algunos hespéridos como Syrichtus proto, Carcharodus baeticus, C. lavatherae y C. flocciferus. Todas estas mariposas se caracterizan por su reducido tamaño así como por su vuelo rápido y potente. Son lepidópteros que necesitan una gran cantidad de energía. Mientras los licénidos se nutren principalmente de las flores y semillas de estas plantas, teniendo un periodo de desarrollo relativamente rápido; los hespéridos consumen principalmente las hojas de las labiadas, alargándose todo su período de crecimiento. De este modo, al alimentarse de partes diferentes de las mismas plantas, se evita al menos en parte la competencia por el alimento entre las distintas especies de mariposas.

Leguminosas

La composición química de esta familia es variada, desde alcaloides a veces muy activos, hasta glúcidos y saponinas (grasas) como la glicirricina del regaliz, e incluso también colorantes; aunque posiblemente su rasgo más común sea la riqueza en proteínas.

Al menos se conocen 37 especies de leguminosas que sirven de alimento a una parte muy importante de los ropalóceros de Castilla y León. De manera más concreta se nutren de leguminosas 32 especies de licénidos, 4 de piéridos y 2 de hespéridos. Estas 38 especies representan el 20% de los ropalóceros de nuestra comunidad. El origen de este importante número de lepidópteros consumidores de leguminosas, es muy posible que resida en la riqueza en proteínas de estas plantas, lo cual facilita el desarrollo rápido de estas mariposas, además de dotarlas de una gran cantidad de energía; energía que es necesaria para el elevado gasto energético que van a tener los adultos.

Oleáceas

Algunas de las plantas de esta familia producen glucósidos y saponinas, productos amargos, taninos, resinas y azúcares. Solamente los jazmines producen esencias y en ningún caso elaboran alcaloides. Tan sólo una especie de licénido, concretamente Laeosopis roboris se nutre de plantas de esta familia.

Plantagináceas

Estas plantas contienen sobre todo aucubina repartida por el tallo, las hojas, raíz y semillas. Las semillas de la mayoría de las especies contienen mucílagos, o sustancias glucídicas formadas por glúcidos más una parte proteica y algo de grasa, todo esto hace de los mucílagos sustancias alimenticias importantes. El Llantén menor Plantago lanceolata en el momento de la floración contiene abundante vitamina C. Esta planta sirve de alimento al menos a 4 especies de ninfálidos.

Poligonáceas

Contienen productos de tipo glucosídico y suelen ser ricas en ácidos orgánicos del tipo del ácido oxálico, formando sales alcalinas o cálcicas. A veces también poseen ácido málico o cítrico y suelen tener también taninos. Se nutren de poligonáceas Boloria eunomia (ninfálido), así como Lycaena phlaeas, L. virgaureae, L. hippothoe, L. tityrus, L. alciphron y L. bleusei (licénidos).

Primuláceas

Son plantas con un contenido energético elevado, pues en ellas abundan las saponinas, glúcidos y enzimas. La planta conocida como Primavera Primula veris, además de aceite esencial contiene una saponina conocida como primulina, la cual se concentra sobre todo en las flores, hojas y rizoma. Las larvas de Hamearis lucina devoran las hojas de esta planta, nutriéndose de la primulina y de vitamina C, que abunda en estas plantas. El licénido Agriades pyrenaicus se nutre de Androsace villosa. Esta mariposa vive en zonas de alta montaña, donde las diferencias térmicas entre el día y la noche son muy importantes, así que las reservas energéticas del adulto, procedentes de la nutrición de la oruga, deben de ser importantes para poder conservar su temperatura y mantenerse viva.

Ramnáceas

Destacan por su abundancia en taninos. Se nutren de plantas de esta familia especialmente Gonepteryx rhamni, G. cleopatra y Satyrium spini.

Rosáceas

En esta familia, las esencias aparecen en las flores y capullos florales, donde hay una concentración de proteínas y minerales muy importante. Es frecuente la presencia glucósidos cianógenos capaces de transformarse en ácido cianhídrico. Apenas tienen esencias y hay una ausencia total de alcaloides. Es muy común la presencia de taninos en sus hojas, siendo la Pimpinela mayor Sanguisorba officinalis una de las especies más representativas. De hecho es muy llamativa la dieta de las orugas de Maculinea nausithous, pues estas se alimentan única y exclusivamente de la Pimpinela mayor. Hay al menos 20 rosáceas diferentes que forman parte de la dieta nutricional de las larvas de 7 especies de hespéridos, de 4 licénidos, de 4 de ninfálidos, 1 piérido y 1 papiliónido; es decir, en todas las familias de lepidópteros ropalóceros existe alguna especie que se nutre de rosáceas, dato este que las hace imprescindibles para la supervivencia de muchas especies, incluyendo algunas especies escasas o raras.

Rutáceas

Las plantas de esta familia producen gran número de esencias, en la corteza del tallo, en las flores y frutos; además de numerosos alcaloides y glucósidos, substancias amargas, etc. Las plantas del género Ruta producen una esencia que contiene resinas, gomas, materias tánicas y un glucósido conocido como rutina, que es su principal elemento activo, además de ser un potente tóxico; a pesar de haber sido muy utilizada en medicina popular. La Ruda Ruta montana es una de las principales plantas nutricias de Papilio machaon.

Salicáceas

En esta familia se producen abundantes glucósidos, siendo el más importante la salicina que se acumula principalmente en las cortezas de troncos y ramas jóvenes, o en las flores femeninas. También producen taninos, diferentes azucares y otros compuestos. Consumen hojas de salicáceas varios ninfálidos como la Apatura iris, A. ilia, Nymphalis antiopa, N. polychloros y Polygonia c-album.

Umbelíferas

Posiblemente debido a la variedad de productos químicos que sintetizan la mayoría de las especies, las umbelíferas no son muy utilizadas como plantas nutricias por las mariposas. En la corteza, tanto del tallo como de la raíz y con más frecuencia todavía en el fruto, se forman recipientes secretorios llenos de esencias, resinas, gomorresinas. En las semillas se produce aceite. Además contienen materias amargas y con mucha menos frecuencia en sus diversos órganos aparecen glucósidos y alcaloides. Entre los alcaloides más famosos destaca la cicuta. Dentro de los lepidópteros ropalóceros sólo se alimentan de umbelíferas las orugas de Papilio machaon.

Urticáceas

Las urticáceas son plantas muy nutritivas, que no producen alcaloides ni glucósidos. Los pelos urticantes de sus hojas contienen histamina y acetilcolina. Se nutren de urticáceas algunos ninfálidos como Inachis io, Aglais urticae, Polygonia c-album, Vanessa cardui, y V. atalanta. Estas especies además de ser muy polífagas, generalmente son tóxicas para sus depredadores. Posiblemente algunos de los compuestos químicos que toman las orugas al nutrirse de las hojas, contribuyan a esta toxicidad, aunque estas especies también pueden nutrirse de otras plantas en las que no se han encontrado substancias tóxicas; si bien incluso en esos casos estos lepidópteros siguen siendo venenosos para sus depredadores.

Valerianáceas

Suelen producir diversos ácidos orgánicos que se suelen asociar en forma de ésteres o sales. El más conocido es el ácido valeriánico. También producen esencias en pequeñas cantidades distribuidas por el tallo, hojas, flores y raíz. Tan solo Melitaea diamina y M. didyma se nutren de plantas del género Valeriana.

Violáceas

No producen alcaloides, sólo glucósidos como la saponina y otros. Viola odorata es la planta nutricia de 9 especies de ninfálidos. En sus hojas posee esencia de violeta en una concentración muy baja; mientras sus flores contienen ácido salicílico combinado con un glucóxido. El resto de las violetas, contienen sobre todo mucha vitamina C. En Viola arvensis además de ácido salicílico, sus plantas floridas son ricas en el glucóxido violacuarcita, el cual contiene abundante vitamina C, saponinas… Las orugas de 10 especies de ninfálidos se nutren de al menos otras 10 especies de violáceas.

 

Aguado Martín, L. O. 2007. Las mariposas diurnas de Castilla y León-II (Lepidópteros Ropalóceros) Especies, biología, distribución y conservación. JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN. Consejería de Medio Ambiente. FUNDACIÓN PATRIMONIONATURAL. 815-830pp.

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